domingo, 1 de junio de 2008

Perdió el Undertaker, ¡Pero no lloró!


Acaba de terminar el One Night Stand de la WWE de este año, y la sorpresa fue la derrota del Deadman ante Edge en la lucha más rescatable de todo el evento, una pelea de mesas, escaleras y sillas que valió la pena ver después de aguantar el resto del no muy afortunado programa.

Edge pudo “derrotarlo” gracias a que intervinieron los Edgeheads, Chavo Guerrero y su guarura, es decir, cinco tipos en total fueron necesarios para derrotar al longevo hombre de negro. Un verdadero agandalle, que, paradójicamente, no le resto su valía como la mejor pelea de la noche, ya que tuvo de todo: técnica, emoción y espectáculo, comparable en fechas recientes con la lucha estelar que tuvieron en Wrestlemania XXIV.

Se supone que si el Taker perdía este encuentro, debería irse de la WWE, y si la empresa lo cumple, dejará un hueco difícil de llenar de más de 15 años en sus eventos estelares. O sea, que no se va cualquier luchador pues, sino uno de los más carismáticos (a pesar de su personaje inicial de “heel” o “villano”) y mejor preparados en el aspecto meramente luchístico.

De todos modos, sea lo que suceda posteriormente, debo reconocer que fue curioso verlo levantar la mano y despedirse, ya que se supone se trata de un personaje que comenzó siendo malévolo para terminar siendo sólo frío e inexpresivo, pero que al momento de voltear el rostro hacia el público dejó entrever un gesto que trataba de aguantar la emoción que sentía de saberse querido a pesar de todo lo que aparenta.

Por eso es uno de mis luchadores favoritos.

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